DANIEL ROBLES EVOCA A SILVIA CITTANTI

Pensé que ya había pasado por muchas cosas en mi vida y hasta me sentía un poco inmune, indiferente al dolor. Silvia, amiga mía, compañera y correligionaria de tantos años, una vez más me demostraste que estaba equivocado.
Hoy es un día negro, no puedo salir de mi asombro. Silvia, mi sostén y guía durante mis 8 años de concejal, mi amiga de toda la vida. La persona más criteriosa que he conocido, quien supo guiar a todo el Concejo Deliberante, no con declamaciones ni frases rimbombantes, pero si con la sencillez de la opinión oportuna y certera, que cambiaba el curso de un debate pues aportaba algo que nadie más había tenido en cuenta.
Deseado te debe muchas cosas, amiga mía. Proyectos enteros salieron de tu iniciativa. De tu ardor combativo, de tu firme resolución para llevar adelante cualquier propósito en el que creías. Tuviste una convicción, un ideal de vida por el que luchaste hasta las últimas consecuencias. Confieso que no pude seguirte, tu pasión te desbordaba y necesitas personas totalmente comprometidas a tu lado, siguiendo esos ideales que juntos soñamos pero por los cuales no todos tuvimos la fuerza de seguir combatiendo
Fuiste, sos, un ideal de persona. Alguien firme en todo lo que cree y se propone. Con el matrimonio más sólido que he conocido, formando una verdadera pareja para la crianza de unos chicos maravillosos.
Tantas veces me equivoqué y vos me hiciste dar ver mi error. Tantas veces me apasioné sin pensarlo bien y era tu voz serena, sin estridencias, que me hacía caer en la realidad. Sin vos aquellos Concejos no hubiesen sido lo mismo y la vida política de Deseado, mucho menos.
Silvia, aún no puedo creerlo. Lamento tanto no habernos encontrado más este último tiempo. No haberte hecho caso, como siempre hubiese debido. Tenías, como siempre, razón.
Y hoy, me demuestras, una vez más, que estaba equivocado. Que el dolor sigue existiendo. Pero tranquila, amiga, tus ideales permanecen y tu figura también. Cada vez que alguien luche por lo que realmente cree, ahí estarás vos, criteriosa, inteligente, firme para señalarnos el camino.
Hasta que el destino disponga reunirnos, amiga mía.

DANIEL EDUARDO ROBLES